LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE UN RESTAURANTE ESPECIAL
Decálogo Aplicado


ALBOROQUE
LARUMBE
Título 3
Título 4
Título 5

Título 6



1. Admita reservas.

Parece algo elemental, pero conozco varios sitios que tiene una relación calidad-precio extraordinaria, pero que no admiten reserva previa por lo que a diario hay una cola de gente esperando desde media hora antes de que el restaurante abra. Estoy hablando de La Finca de Susana (C/ Arlabán), La Gloria de Montera (C/ Caballero de Gracia) o Bazaar (C/ Libertad) entre otros.

2. No tenga turnos.

No quiero ni que me agobien para que termine, ni empezar a cenar a las once y media.

3. Suficiente espacio entre mesa y mesa.

Me gusta tener cierta intimidad y no escuchar la conversación de las mesas cercanas, ni tener que sincronizarme con la mesa de al lado para que nuestros codos no choquen al partir la carne.

4. Zona de no fumadores.

No entiendo como cocineros tan preocupados por perfeccionar el sabor de sus platos, permiten que se eche a perder una experiencia gastronómica por el humo y el olor a nicotina.

Lo ideal sería locales en los que no se permita fumar, pero siendo realista me conformo con que tengan una zona libre de humos lo suficientemente aislada del fumadero.

5. Equilibrio formal-informal en el servicio de sala.

No me apetece cenar con chaqueta y corbata como es obligado en Horcher, en La Terraza del Casino o en Arola, personalmente me encuentro muy incomodo, especialmente en verano Al personal de la sala sí que le exijo cierto decoro en el vestir, por favor, que prohíban los "baggy pants" a los camareros, cómo se puede servir una mesa enseñando los calzoncillos!!!

6. Cocina elaborada y Presentación de los platos.

Un buen jamón serrano es un manjar, hay conservas deliciosas, pero cuando salgo a cenar quiero que el plato que pido les haya exigido un trabajo en la cocina. Pensaréis que en un restaurante de precio alto esto se da por supuesto, pero no es así. Uno de los menús más caros de Madrid es la terraza del Cielo del Urban en el Europa Decó (Carrera de San Jerónimo) y consiste en Caviar iraní, Ostras gallegas, champán francés, ... prácticamente se puede prescindir del cocinero.

Un plato desconchado, unos cubiertos desgastados o una comida que ha pasado de cualquier manera de la sartén al plato me arruina el placer de una experiencia gastronómica. Me reconozco un poco maniático con el emplatado.

7. Cuidada decoración.

La decoración del sitio también me influye en la forma en que disfruto de la cena. Intento que la valoración del restaurante dependa en mayor medida de la comida, pero el diseño de la sala también tiene un peso importante. Y si no que se lo digan a Phillip Stark o a Ignacio García de Vinuesa que han hecho su fortuna de la decoración de locales.

8. Menú degustación además de comer a la carta.

Como mis posibilidades de visitar varias veces un restaurante de este tipo y probar una gran cantidad de platos son escasas, me gusta que me ofrezcan la posibilidad de degustar en pequeñas raciones lo más representativo de su cocina.

9. Precio no desorbitado.

Dando por hecho que no solo pago por la comida que he pedido, sino también por que el número de mesas sea más limitado, por que mi camarero no atienda veinte o treinta mesas más, por los platos que el chef tiró a la basura hasta que la receta le quedó perfecta, ... Pero puestos a pedir, si no tengo que hipotecarme para poder pagar la cena mejor.

10. Accesible en transporte público

Me gusta disfrutar mi cena acompañándola con una botella de vino sin remordimientos por lo que prescindo del coche cuando salgo a cenar. Así que nada de restaurantes en las afueras o en zonas alejadas.